Es Talaier

Platja des Talaier está a 13 kilómetros de Ciutadella, situada entre las puntas des Pinar y de na Bruna, así como bajo la mirada de Talaia d’Artrutx (62 metros de altitud, a 350 metros de distancia del mar y construida en el siglo XVI). Este rincón costero resulta de un entrante de mar que al tocar tierra da lugar a una playa, una orientada hacia el oeste y una manga de mar pequeña sin arena hacia el este, separadas por un saliente rocoso en forma de cuña. Esta manga de mar aislada y virgen se caracteriza por tener dimensiones diminutas, talud de fina arena blanca, pinar frondoso cercano a la orilla, sistema dunar ocupando la parte trasera, exposición a vientos del sureste-sur-suroeste, brisa ligera, agua tranquila, fondo de arena y algas, pendiente suave, así como afluencia baja de bañistas. Las condiciones marinas y subacuáticas desaconsejan fondear embarcaciones en esta angosta calita. En el margen derecho, cerca de la bocana natural, existen unos arrecifes conocidos como Escull (“escollo”) del Governador, balizados con una boya amarilla.

El acceso por carretera es sencillo hasta Arenal de Son Saura. Se debe prestar atención a los desvíos en la parte final del recorrido para no perderse por estos estrechos caminos rurales. El vehículo particular se podrá estacionar de manera gratuita en las cercanías de Arenal de Son Saura. Desde aquí se deberá tomar el sendero que bordea el mar en dirección hacia el este y se arribará a Platja des Talaier tras caminar 20 minutos.

Si la playa dispone de vigilancia está obligado a seguir las instrucciones de los socorristas y la señalización de las banderas. La bandera roja indica baño peligroso e implica la prohibición de bañarse. La bandera amarilla indica precaución, pero se permite el baño. La bandera verde indica baño permitido. La bandera naranja se usa para indicar que el socorrista se encuentra ausente. Si la playa no dispone de vigilancia o el servicio no se encuentra operativo, sea prudente y disfrute de la playa evitando correr riesgos innecesarios. Las ordenanzas municipales prohíben el acceso a las playas de los animales de compañía por razones de seguridad e higiene.